Descubren templo megalítico de 3000 años de antigüedad en Lambayeque
|11.11.19.PERÚ Fue construido hace 3,000 años en la Huaca El Toro, al norte de Perú, donde además se hallaron 21 entierros |
También se encontraron 21 entierros con cerámicas de la cultura Chimú - Inca. El arqueólogo Walter Alva detalló que se trata de un sitio que forma parte de un gran complejo y que sirvió para rendir culto al agua.
Un templo ceremonial de la época Formativo Final, concebido como una estructura megalítica o de grandes bloques de piedra de 3,000 años de antigüedad, fue descubierto en el complejo arqueológico Huaca El Toro, en el distrito de Oyotún, región Lambayeque, donde además se hallaron 21 entierros.
El director del Museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva, informó que este templo se ubica en lo que se llama el tinkuy, es decir, la unión de dos ríos que eran espacios sagrados en las culturas antiguas: los ríos Nanchoc y Udima para formar el Zaña.
“En este lugar se emplazó una construcción singular. Es la única estructura megalítica que existe en la región Lambayeque; la fachada y todos los muros laterales fueron construidos con grandes bloques de granito", explicó a la Agencia Andina.
Algunos de estos bloques tienen señales de petroglifos, que indican que trajeron estos bloques de un lugar sagrado. "Es un templo para rendir el culto al agua, pues en la parte delantera hay un altar con hoyos, que eran altares vinculados al culto al agua”, reveló.
Mencionó que en las excavaciones —en 10 unidades en total— se ha podido constatar que en la época del Formativo se registraron esencialmente tres fases constructivas.
“La más antigua fue un edificio construido con adobes cónicos y piedra pequeña; en la fase media se usó piedra y la última fase del Formativo corresponde a muros de grandes bloques y en la parte superior hay señales de columnas, un patio lleno de columnas de barro que desaparecieron por efecto del tiempo y de las lluvias”, detalló.
Tumba
Alva sostuvo que han descubierto una tumba de la época Formativo Final, cuando probablemente el templo estaba perdiendo vigencia, y otras 20 tumbas que pertenecen a la cultura Chimú-Inca.
"Todas ellas tenían vasijas colocadas como ofrendas y nos indican que después de casi 2,000 años volvieron a utilizar este lugar como un espacio de enterramientos populares”, sostuvo.
Resaltó que en el entierro de la época del Formativo Final se halló una vasija que tiene una decoración muy típica del Formativo, con la herencia muy fuerte de la época Chavín (con asa puente).
“Cuando termina la influencia Chavín, probablemente el templo pierde vigencia y comienzan a poner tumbas de otras culturas”, refirió.
Remarcó que este sector es el lugar desde donde se dirigía el culto al agua para todo el valle de Zaña. “El templo va perdiendo vigencia, a partir del año 300 antes de Cristo, cuando cesa la influencia de la cultura Chavín; aquí terminan las sociedades teocráticas y comienzan a emerger sociedades de agricultores y guerreros”.
Tres fases
El arqueólogo residente del complejo arqueológico Huaca El Toro, Ernesto Zavaleta, indicó que han identificado tres fases constructivas y la última estaría asociada a la columna circular. "También se han encontrado evidencias de sedimentación, lluvias y quema ritual, posiblemente cuando se clausura este espacio”, comentó.
Mencionó que la tercera fase se está definiendo, pero, al parecer, utilizan la misma técnica, es decir, celdas de relleno con adobes cónicos asentados con mortero de barro.
“Se trata de 21 entierros intrusivos que hemos encontrado en la última fase. Se cree que el templo, después de ser abandonado y clausurado, fue utilizado por los chimús como área de entierros en la parte central", detalló.
En estas tumbas se encontraron piezas de cerámica y en algunas objetos metálicos como tupus, cuchillos. En dos entierros se hallaron anillos de cobre de un niño.
Alva dijo que el templo tiene 40 metros de ancho por 56 metros de largo; todo el perímetro estaba rodeado de grandes piedras. “Lo que nos ha llamado la atención es por qué trajeron bloques tan grandes desde una quebrada lejana”.
Financiamiento
Precisó que esta iniciativa de investigación fue financiada con un saldo de donaciones y un aporte del Patronato Sipán, así como de la Unidad Ejecutora Nº 005 Naylamp-Lambayeque.
Walter Alva señaló que la temporada de investigación fue de 45 días y se espera contar con recursos el próximo año para reiniciar las investigaciones, porque este templo es parte de un gran complejo.
“En todas estas quebradas hay una cantidad impresionante de petroglifos, lo que nos indica que fue un lugar sagrado durante la época Formativa. Recién estamos comenzando y esto es el primer paso para desarrollar un programa de investigación que enriquecerá el conocimiento de las antiguas culturas de Lambayeque”, concluyó.
Fuente Completa: Andina.pe