Antropólogo recibió ayer distinción Personalidad Meritoria de la Cultura junto a otras personalidades
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Fernando Astete Victoria es todo un personaje en Cusco. Su vida está ligada al parque arqueológico Machu Picchu. Dedicó durante varios años todos sus esfuerzos a su protección y conservación. Ayer martes recibió, junto a otras personas, la distinción Personalidad Meritoria de la Cultura.
Conozcamos en este artículo un poco más de Fernando Astete, cuya vida inspira a los peruanos por su contribución a la preservación y la difusión de nuestro acervo cultural.
1. Los dos hijos de Fernando Astete Victoria aprendieron a gatear en Machu Picchu, donde el antropólogo trabajó por más de 30 años hasta el 21 de febrero del 2018, cuando cumplió 70 años y fue invitado a la jubilación.
Mas sus excolaboradores continúan llamándolo cuando se presenta algún problema, y él, gustoso, les ofrece su punto de vista para una salida.
El sobrenombre de Guardián de Machu Picchu se lo puso un diario brasileño en un amplio reportaje del 2007, cuando la ciudadela incaica se convirtió en una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, por su labor en gestión, protección, conservación y estudio del santuario. Él llegó a dirigir a más de 700 personas como jefe del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu.
–Para usted, ¿qué es Machu Picchu?
–Es la obra más extraordinaria del hombre andino. Allá se plasma la tecnología constructiva. Tiene una simbiosis entre la obra humana y la naturaleza.
La primera vez que llegó a la ciudadela fue en 1961, como ‘boy scout’. Luego, toda su vida laboral estuvo ligada a Machu Picchu, desde fines de los 70, cuando trabajó en el proyecto del camino inca del valle de Cusichaca, adyacente al santuario; luego, elaborando a pie el catastro de los monumentos arqueológicos entre Cusco y Machu Picchu. Y a partir de 1994 como jefe del famoso Parque Arqueológico Nacional, a pedido de su maestro, el doctor Manuel Chávez Ballón. Pensó que estaría “tres o cuatro meses” y se quedó por más de dos décadas.
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Perú. 17.01.2020... Contenido publicado inicialmente por la Agencia Andina |
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Fernando Astete Victoria es todo un personaje en Cusco. Su vida está ligada al parque arqueológico Machu Picchu. Dedicó durante varios años todos sus esfuerzos a su protección y conservación. Ayer martes recibió, junto a otras personas, la distinción Personalidad Meritoria de la Cultura.
Conozcamos en este artículo un poco más de Fernando Astete, cuya vida inspira a los peruanos por su contribución a la preservación y la difusión de nuestro acervo cultural.
1. Los dos hijos de Fernando Astete Victoria aprendieron a gatear en Machu Picchu, donde el antropólogo trabajó por más de 30 años hasta el 21 de febrero del 2018, cuando cumplió 70 años y fue invitado a la jubilación.
Mas sus excolaboradores continúan llamándolo cuando se presenta algún problema, y él, gustoso, les ofrece su punto de vista para una salida.
El sobrenombre de Guardián de Machu Picchu se lo puso un diario brasileño en un amplio reportaje del 2007, cuando la ciudadela incaica se convirtió en una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, por su labor en gestión, protección, conservación y estudio del santuario. Él llegó a dirigir a más de 700 personas como jefe del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu.
–Para usted, ¿qué es Machu Picchu?
–Es la obra más extraordinaria del hombre andino. Allá se plasma la tecnología constructiva. Tiene una simbiosis entre la obra humana y la naturaleza.
La primera vez que llegó a la ciudadela fue en 1961, como ‘boy scout’. Luego, toda su vida laboral estuvo ligada a Machu Picchu, desde fines de los 70, cuando trabajó en el proyecto del camino inca del valle de Cusichaca, adyacente al santuario; luego, elaborando a pie el catastro de los monumentos arqueológicos entre Cusco y Machu Picchu. Y a partir de 1994 como jefe del famoso Parque Arqueológico Nacional, a pedido de su maestro, el doctor Manuel Chávez Ballón. Pensó que estaría “tres o cuatro meses” y se quedó por más de dos décadas.
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